jueves, 12 de marzo de 2009

La misteriosa y antigua caja metálica

Despertó sin saberlo en la ciudad de las sombras. El ritmo de tacones, olores, susurros, miedos, paredes, suciedad, sombreros, ventanas, recuerdos y de afán cotidiano se sentía extrañamente cerca. Él se encontraba acostado sobre un sofá e intentaba salir de una terrible pesadilla que parecía no tener fin. Cuando despertó, gracias al bullicio callejero, recordó lo que había hecho y se vistió rápidamente para buscarla, a ella.

A ella le gustaban las tardes oscuras, los olores fuertes, las rosas amarillas, los tangos tristes y los pasteles coloridos. Mantenía sus recuerdos en una caja metálica antigua y esa tarde se encontraba guardando dentro de aquella caja una pequeña pistola, entonces sonó el timbre y era él. Ella cerró su antigua caja, abrió la puerta y mientras que él la miraba sin certezas, ella se acercaba para darle un beso. Se sentaron en el piso del pequeño apartamento y el veía todo diferente, ella repetidamente le decía cuanto lo amaba y le daba las gracias, él no sabía que pensar y no quería preguntarle si había cometido el crimen, pero sospechaba que su respuesta seria un sí.

El viento soplaba fuerte y amargo para él, se sentía culpable de un crimen ahora comprobado por ella. Con la cabeza entre las manos se arrepentía de haber comprado el arma y mucho más haberla conocido. Ella lo miraba, confundida, no entendía porque él se encontraba tan preocupado, y le decía que todo estaría bien. Él ya no podía confiar en ella, si había matado a su esposo por qué no sería capaz de matarlo a él. Trato de dejarla, le dijo que no podía estar con ella y fue entonces cuando ella sacó la pequeña pistola de la antigua caja metálica y Bang Bang!!.

Saltó extasiado de la cama y se pegó contra la mesa de noche, tenía sangre en sus manos y cabeza. Se dio cuenta de que estaba vivo, nadie le había disparado. Corría sangre desde su cabeza a través de una herida causada por el golpe y se sintió aliviado, aunque adolorido y confundido por la pesadilla. Fue al baño y observo que su camisa estaba manchada con sangre, abrió su pequeña y antigua caja metálica buscando un desinfectante y descubrió, al abrirla, un revolver. Recordó que ese día él había matado a su esposa.

Lo admito, todavía le falta...Algo o mucho, no lo sé.

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La Misteriosa y Antigua Caja Metálica by Estefanía Parra Lora is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 2.5 Colombia License.

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